Me expreso ante las angustiantes circunstancias que estamos
viviendo, fruto de la desidia con que estas cuestiones han venido siendo
tratadas. Es que permanentemente he
intentado, desde los lugares donde me he desempeñado, alertar sobre las
consecuencias que ellas acarrearían. Recuerdo una ocasión en la que exponía
sobre los costos sociales de las catástrofes y los siniestros, un interlocutor
humorísticamente dijo que me equivocaba al decir que los sucesos afectarían a
todos, dando como ejemplo que las enfermedades benefician al sector de la salud
y a los médicos en particular.
Cuando observo lo que está pasando y veo cómo los más
comprometidos en evitar, prevenir o mitigar, intentan sacar partido de la
desgracia ajena ;recuerdo otra frase, aquella de que “hay quienes se valen de
la desgracia ajena”. No estoy de acuerdo con quienes dicen que “no hay mal que
por bien no venga”…“y deuda que no se pague” intento a favor del optimismo
darle cierto crédito a la segunda parte.
Como docente, investigador y extensionista de la UNNMdP me
he ocupado de estas problemáticas. Exponiendo en cuanto foro estuvo a mi
alcance la temática.
En la docencia creé y dicté la asignatura “Vulnerabilidad y
siniestrabilidad del parque edilicio” desarrollando lógicamente el campo
temático de “catástrofes y siniestros”
Mientras participé en el 1º Plan Estratégico traté por
varias vías de introducir la problemática; cuando se llamó a ideas y proyectos
los presenté en esa ocasión, como se podrá leer en el inventario de propuestas
que adjunto para que sea publicado .Cuando actué como Coordinador del Consejo Municipal
de Cultura del PGP en una reunión abierta efectuada en la sala del HCD tratamos
en el “día del árbol” los temas que hoy parecieran ocupar a todos. Por otra
parte inscribimos también por iniciativa de la coordinación al CMC en la
“agenda 21 de los gobiernos locales” donde uno de sus cuatro pilares para el
desarrollo es el ambiental.
En reuniones académicas como en congresos organizados por
diferentes organizaciones empresariales o corporativas en la que me cupo
participar como disertante o simple participante también me referí al riesgo
ambiental exponiendo casos de omisión o directamente de “malas prácticas
urbanas”. Muchas de mis observaciones, a pesar del consenso logrado de los
concurrentes, no fueron del agrado especialmente de las corporaciones locales
que hoy parecieran estar compitiendo por enviar ayuda a la sociedad en desgracia.
Lamentablemente debo
agregar que tampoco se ha escuchado mi defensa del verde y de los parques
públicos, del parque lineal propuesto para Luro entre San Juan y Jara y otras
intervenciones expuestas en ciclos de la Villa Mitre y otros lugares.
Aún conservo el material ofrecido a los Señores Intendentes
en las reuniones que nos otorgaran para tratar estos y otros temas como los del
microcentro, 12 de octubre, el puerto, Güemes, etc.
Pareciera que la participación del BID ha logrado lo que
sobre los mismos temas no conseguimos nosotros y con extrañeza escuchamos de
boca de autoridades el eco de nuestras propias palabras.
H. E. DS
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